Un cambio de enfoques y paradigma educativos

 

Un cambio de enfoques y paradigma educativos, implica modificación desde la manera en qué se asume la educación hasta la forma en que esta se desarrolla. En los últimos años el enfoque de competencias se ha integrado formando parte de las grandes intenciones de los sistemas educativos. Es decir, formar ciudadanos competentes, capaces de movilizar diferentes tipos de saberes para resolver problemas cotidianos con autonomía.

En ese sentido, la comunidad educativa se encuentra de cara a grandes retos, pues ha cambiado tanto la forma de enseñar como de aprender. De manera especial, los profesores tienen el desafío de asumir el rol de facilitador, ya que, bajo este modelo, el estudiante es el protagonista. Quiere decir, que es necesario adaptar su ejercicio pedagógico acorde a las mediaciones didácticas que se requieren, realizando cambios profundos en las estrategias tanto de enseñanza como de evaluación y evidencias de desempeño, aprovechando el contexto, las necesidades, intereses y realidades de los alumnos; sus saberes y experiencias previos.

Así mismo, concebir la planificación del acto didáctico a la luz de las competencias que se esperan (considerando sus niveles y tipos), siendo la finalidad desarrollarlas más que dominar un contenido. Podría agregarse, que el docente ha de asumir los cambios con actitud de apertura, estando en la disposición de rediseñarse a sí mismo, bajo una concepción distinta a la cual fue formado como profesional.

Con relación a la importancia que tiene asumir un currículo basado en el desarrollo de competencias en la universidad contemporánea, considero que, de esta manera, se daría respuesta a las demandas de la sociedad, en tanto a la formación de sujetos capaces de desempeñarse frente a las exigencias de su medio.  Es un imperativo reconocer que el mundo del trabajo nos presenta una acelerada transformación producto de la globalización, del progreso científico, de los cambios en la estructura y organización del trabajo, de la empleabilidad y no del empleo de por vida y la certificación.  Debemos estar conscientes de que la sociedad avanza y con ella deben adelantar las instituciones, sobre todo las educativas, que son las formadoras de las personas que esta recibe.

En cuanto a la definición del término competencia que necesita visionar la universidad hoy día, se podría concebir como la capacidad para actuar de manera eficaz y autónoma en contextos diversos movilizando de forma integrada conceptos, procedimientos, actitudes y valores. Entendiendo que estas se desarrollan de forma gradual en un proceso que se mantiene a lo largo de toda la vida, y tiene como finalidad la realización personal, el mejoramiento de la calidad de vida y el desarrollo de la sociedad en equilibrio con el medio ambiente (MINERD 2016).

 

Yuleidy Tibrey de Matos

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